Estaba complicado hacer una mesa para Jaime, que al menos se equiparara con la de su hermana Julia. Es más complicado decorar para un niño con una temática y que quede "fino", que para una niña.
Ni futbol, ni circo, ni selva... para una comunión, ni me lo planteé; tampoco quería celeste, aunque es un clásico que siempre queda muy bien, así que, si con suerte su traje era al menos de almirante, podía acertar con la temática, jajaja.
La idea era hacer una mesa de comunión marinera, que no pareciese de cumpleaños, con detalles náuticos, pero sin recargarla.
Y bueno, creo que el resultado fue bastante parecido a lo que tenía en mente; les encantó a los invitados y sobre todo a él, que era el más interesado.
Iba guapísimo, elegante y lo más importante, disfrutó de lo lindo.
Gracias a Juan Antonio por la parte que le toca, que no es poca, y a Mari por la costura.
En esta mesa se pusieron los regalitos para los invitados y un rinconcito salado.